Flujo vaginal en las niñas: ¿es posible?

El flujo vaginal es algo que tienen todas las mujeres y que puede aumentar en determinadas situaciones como cuando están ovulando, o también en el embarazo. La edad en la que la mujer comienza a tener flujo suele coincidir con la adolescencia y específicamente cuando comienza el periodo menstrual, pero ¿puede es posible que las niñas tengan flujo vaginal? Lo cierto es que sí e incluso se dan casos en los que aparece cuando la niña es un bebé ¿a qué se debe? ¿cómo se debe tratar? lo analizamos todo al detalle a continuación.

Flujo vaginal en las niñas: ¿es posible?

Una de las primeras causas por las que las niñas pueden tener flujo vaginal tiene que ver con las hormonas. Por un lado algunas bebés tienen un poco de flujo que la madre o el padre pueden detectar en el pañal o mientras bañan a la pequeña. Suele ocurrir en los primeros días de vida de la bebé ya que todavía tienen hormonas de la madre en su torrente sanguíneo. Este tipo de flujo se llama  leucorrea fisiológica y muchas veces aparece con un poquito de sangre.

Por otro lado, puede darse el caso de que la niña sufra la llamada menarquia, es decir, cuando la niña está a punto de tener su primer periodo. Algo que puede pasar en la pubertad temprana a partir de los 10 u 11 años, de modo que aunque es normal que papá y mamá se sorprendan de la presencia de flujo, es una señal de que su hija está a punto de tener la menstruación, algo que puede suceder en días, semanas pero también en meses.

Vulvovaginitis y Vulvitis

Puede que se de el caso de que la niña ni sea un bebé y tampoco esté a punto de tener su periodo, pero tenga flujo vaginal. En ese caso podemos estar hablando de dos causas: la vulvovaginitis o la vulvitis.

En el caso de la vulvovaginitis estamos hablando de una inflamación de la zona genital de la niña que puede presentar además un poco de secreción. Esto sucede debido a que algún agente rompe el equilibrio entre los gérmenes que generalmente existen en la vagina, debido tal vez a una falta de higiene adecuada o a la propia anatomía de la niña que puede hacer que sea propensa a sufrir esta condición.

Por otro lado está la vulvitis, que puede ser causada por microorganismos o incluso por una reacción alérgica o contacto local. Además del flujo, que suele ser menor, la niña sentirá también dolor al orinar así como enrojecimiento y picazón.

El tratamiento para todas estas condiciones, una vez han sido evaluadas por el médico,  se suele resolver solo con medidas generales de mejora de la higiene. En casos más graves puede que recete algún medicamento o también alguna crema para tratar el escozor y la rojez (en el caso de la vulvovaginitis).

Algunas medidas de prevención ayudan a evitar la vulvovaginitis. Entre estas podemos señalar, mantener las uñas de las niñas cortas y limpias, lavar bien el área con un jabón suave en el baño y, si es posible después de defecar, enseñar a las niñas cómo limpiarse (cara a espalda), evitar el uso de ropa sintética y muy ajustada y cuando todavía hay uso de pañales hacer cambios con higiene frecuente.